Querida muerte: No sabemos cómo tratarte

Querida muerte es el momento de hablar de ti, del dolor, la angustia y el miedo que generas, del drama que causa, el vacío que dejas, de no querer que te acerques y el nudo en la garganta que dificulta el hablar de ti.

Dicen de ti que eres una transformación, la persona que se va en tus brazos contigo de este plano entran en una profunda paz, pero después de tu visita en la tierra, las cosas no son igual que antes, los seres queridos de las personas que se van contigo entramos en duelo. Tu visita es inevitable y convivir contigo es muy difícil, la persona que queda le generas mucho dolor y muchas veces nos toca padecerte por un largo tiempo, pero a su vez a la persona que se va le generas paz, bienestar, alivio. Tu presencia genera una dualidad, un rechazo profundo para el que te padece y una felicidad para quien te acompaña. Eres la muestra que el tiempo de alguien o algo ha terminado. ¡Qué difícil tu presencia!

Me generas muchas dudas, te padecí por un largo tiempo, dime como puedo aceptarte, como no tenerte miedo, como convivir contigo sin dolor, aceptarte como la transformación que sos, que no tienes maldad, que puedo hablar de ti sin tabúes, que algún día llegarás a cada uno de nosotros porque nuestra alma lo decidió, enséñame y enséñanos a aceptarte con amor. No quiero ser injusta al mismo tiempo ha sido mi gran maestra, ha sido una toma de conciencia.

Eres la contraparte del apego, nos arrebatas de forma tajante a las personas de quienes nunca nos quisiéramos separar, nos generas incomodidad, a tener que afrontarnos con el vacío de no verlas más. Nos has visitado a todos, nos confrontas con nuestras fantasías de que somos eternos. Logras poner nuestras emociones en su lugar. Por más contradictorio que parezcas, Increíblemente muchas veces llegas a aliviar.

De tu inesperada y pronta visita al llevarte a mi esposo, me quedó la gran enseñanza de entender el ciclo del tiempo, el comprender la magnitud de disfrutar el presente, la conciencia del que tiempo se acaba y sobre todo la importancia de hacernos cargo de nosotros mismos, de tener nuestros propios asuntos organizados y claro.

“Nos duele la muerte porque nos duele nosotros”