Las mujeres que hemos elegido ser madres seguramente quisiéramos controlar las circunstancias de nuestra maternidad, me refiero, a tener los hijos dentro de un hogar sólido, en pareja, teniendo ingresos suficientes, una casa propia, etc.

Mi historia empezó así, pero no avanzo igual. Mi viudez temprana me dejó una responsabilidad tremenda en todos los sentidos. Mi función ante la muerte del padre de mis hijas me dejo sin reemplazo alguno, soy una madre sola, mis hijas sólo me tienen a mí, lo que significa que mi ausencia es impensable e imperdonable en muchos sentidos.

Sé que la maternidad es estoica, valiente, inmensa en su amor, pero mi humanidad no siempre es así. A veces siento cansancio, pereza, incluso tristeza, pero de nuevo, mi ausencia no es una opción. Muchas veces me preguntan, ¿cómo te arreglas sola con las 3? Y respondo…. Hago lo que puedo, pero confieso que a veces colapso al sentir que no podía con todo.

Sé que muchos pueden entender el mandato de la responsabilidad, pero confieso en este blog, que quisiera seguir siendo una buena madre, y al mismo tiempo, vivir algunas cosas como individuo, sin que eso me etiquetara mal o me generara culpa.

Hace un par de meses atrás recibo una invitación de una amiga a un viaje soñado, con grupo de amigos, una gran posibilidad de desconexión, un tiempo exclusivo para mí, noticia que me dio una alegría enorme.

Le di la noticia a mi mamá y me dijo… vas a dejar a las nenas solas, yo justo comienzo mi viaje a la mitad del tuyo, por lo cual no me podía ayudar, le consulté a la abuela paterna de mis hijas a lo que me dijo que no tenía problema. Una semana previa al viaje, me manifestó que no podía ayudarme debido a que le había salido un trabajo y que no podía con todo.

Me agarro la desesperación, creí que debía suspender el viaje, comencé a hablar con amigos, familia, a pedir ayuda y finalmente moviendo a un séquito de personas y habiéndome estresado por toda la situación, lo logré, pero sentí una profunda soledad, una ausencia de apoyo.

En este momento me doy cuenta la gran labor de todo lo que hago, aunque lo hago en forma automática, sigue siendo increíble. No es fácil para poder hacer algo me toca delegarlo en un séquito de personas para que realicen un poquito de un todo.

Además, tomo conciencia de lo que me genera cada movimiento que quiero hacer, siento culpa de dejarlas, me siento mal por algunos comentarios y sobre todo me cuesta horrores tener que pedir AYUDA. ¡Qué difícil es ser madre soltera!

Desde que me levanto estoy a disposición de ellas, desayuno, llevarlas al colegio, luego las actividades, su vida social y eso multiplicado x 3. Muchas veces quiero y deseo sentir mis necesidades, descansar, tener un poco de espacio o tiempo.

Me he preguntado cosas como

¿cuándo me toca a mí?, ¿me toca esperar que crezcan para poder vivir? ¿Por qué me restrinjo tanto? ¿Por qué me cuesta tanto pedir ayuda? ¿Por qué creo que todo lo puedo? ¿A qué le tengo miedo?

Muchas veces cuando pido ayuda muy seguido, siento que estoy abusando y me restrinjo en salidas o en hacer ciertas cosas.  Siento una responsabilidad la cuál no puedo distribuir, ya que soy 100% responsable de la crianza y el bienestar de estas 3 personitas, pero en el fondo, también de mí.

Hoy honro a todas aquellas mujeres que como yo hemos criado hijos de manera uni parental. Si conoces a alguien así, y quieres darle algo valioso, regálale un poco de tiempo para sí misma. No es egoísmo, es que una también se echa de menos así misma por ratos.

Hoy creo que es importante aprender a pedir y sobre todo a vivir, que uno si puede encontrar un equilibrio, que si nos permitimos disfrutar nuestros hijos estarán felices, ellos no son nuestros, son de la vida y mientras le demostremos amor todo fluirá.

Ya con el diario del lunes, habiendo hecho el viaje puedo confesar que la maternidad se impone, que estuve pendiente a mis hijas, que claro que en algún momento sentí algo de culpa por ellas y también por mí. Al mismo tiempo elegí disfrutar lo que pudiera para que todo valiera la pena y así fue. Disfrute y el tiempo dedicado a mí, me permitió renovar mis energías y volver a la rutina con más fuerzas.