LAS MIL Y UNA CARAS DEL DUELO

La muerte nos confronta a cada uno de nosotros con nuestras propias interpretaciones de ella.

Mi hija mayor, que en aquel momento tenía 6 años asumió la ausencia de su padre como un DUELO FÍSICO, la que dejó de verlo, escucharlo, sentirlo. Ella sintió que su papá la abandonó, pues fue la que más compartió en vida con él de las 3 y es la que puede expresar su rabia, expresa un profundo sentimiento de injusticia.

Mi hija del medio, quien tenía 3 años, vivió un DUELO EVASIVO, a veces quisiera recordar más, pero no quiere sentir la pérdida real, no lo puede expresar y le cuesta hablar sobre el tema.

Mi hija chiquita, quien perdió a su papá con solo 4 meses, vivió un DUELO NARRATIVO, repite lo que escucha acerca de una persona que no conoció, quien vivió su duelo desde lo que le hemos contado y lo repite, cuando preguntan por mi esposo dice espontáneamente “el esposo murió”.

Yendo a lo más profundo de mi ser, he vivido un DUELO DE CAOS, fue un shock, paralizante y largo, asimilar su muerte física, emocional, de sueños, expectativas, duelo por dejar un país, deje de vivir una vida de ensueño para vivir un calvario, una gran parte de mi murió con él.

Su mamá vivió un DUELO SILENCIOSO, le costaba hablar del tema, no demostraba sus sentimientos, se guardaba todas las emociones y luego de unos 5 años se les despertó un cáncer silencioso.

Su hermana vivió el duelo con tristeza por lo que no pudo compartir, pero con mucha sabiduría para la superación, ella ha tenido un recorrido espiritual previo a la muerte de su hermano, por lo que puedo entender el porqué de esta experiencia, ella vivió un DUELO SIGNIFICATIVO.

Me he encontrado con consultantes en el que ha vivido un DUELO CONTRADICTORIO, en el que por alguna razón no se han permitido conectar con este dolor y logran bloquear ese duelo.

Hay personas que pasan un DUELO RACIONALIZADO, en el que manifiestan que todos vamos a morir, no pueden expresar su dolor y lo reprime.

También me he encontrado con personas que pasan por un DUELO CON APEGO, se adhieren al dolor para no soltar al muerto, no se permiten vivir porque como pueden continuar si han perdido a ese ser tan querido.

Por último, he visto personas que viven un “DUELO ENTREGADOS A LA VOLUNTAD DIVINA” son aquellos que toman la muerte como una voluntad divina, por ejemplo “Dios quiso llevárselo”

El duelo de cada una de las personas es diferente y respetable, solo podemos observar que cada uno lo toma como puede y con las herramientas que tiene, no trates de imponer tu forma de ver o de asumir la muerte a otra persona, no hay duelos ideales, pero si puedes acompañar a la persona preguntarle cómo está viviendo esa muerte, hablar puede ser un remedio maravilloso, más allá de la interpretación que cada uno le da a esta experiencia.