¿Cómo puedo vivir mi vida si esta persona decidió morir? ¿Cómo puedo permitirme ser feliz si he perdido un hijo o una pareja o un padre o una madre?

Cuando muere una persona, siempre tratamos de buscar un culpable por la necesidad de escapar al dolor del duelo, podemos culpar a la pareja en el caso de un hijo o a un tercero, reprochar algo alguna persona, con ello oculto otro sentimiento.

Inconscientemente, nos aferramos al duelo para hacerlo sentir culpable al muerto, no vivo mi vida porque este o aquel decidió morir, no puedo ser feliz, no me lo permito.

Cuando creemos que el amor se demuestra con dolor entramos en un duelo soberbio, nos podemos dar cuenta cuando aparecen las siguientes alarmas,

  • Entramos en la queja, podemos asumir que el otro se olvido de mi dolor
  • Creo que nadie me entiende porque no ha pasado por lo que he pasado yo
  • Creo que no lo voy a poder superar
  • Siento que el dolor me va a cambiar
  • No lo quiero superar
  • Cuando creo que mi duelo jamás de acabará

El duelo es una etapa, en la que pasamos por una montaña rusa de emociones, días buenos, días malos, pero lo importante es que aprendamos a escucharnos a nosotros mismos, que es lo que siento, que es lo que me pasa, como me afecta tal o cual cosa.

La muerte al igual que la vida tiene un propósito, el primero le da fuerza a lo segundo y viceversa, está bien que te tomes el tiempo para llorar y sentir la tristeza y el vacío, pero no disminuyas tu energía, ni tu fuerza, ni tu poder. No pongas en duda ni tu sentido, ni tu propósito, ni tu misión en esta tierra, quien se va ha terminado la suya, pero quienes nos quedamos no podemos enterrar nuestra existencia con quien ya partió, pero no dejes que el dolor le quite el valor a tu propia vida, no te abandones a ti mismo en un espiral de confusión.

Te invito a que practiques la aceptación, que al final termina siendo el camino más seguro y menos doloroso de quienes hemos perdido a un ser querido.