Hoy me enfrenté al duelo feroz, atendí a una persona que se encontraba en un estado de no querer vivir más, me decía que perdió gran parte de su vida, que no acepta que la persona que la acompaño durante toda su vida ya no está, entró en un estado de negación, bronca, furia, que todo le molesta, lo que le digan no le importaba.
Reviví aquel momento en que pasaba por la misma situación, me costaba sacarla de ese pozo, trataba de que se escuchara a si misma y era lo mismo que nada, me encontré con una terrible piedra, no quería recibir preguntas sino solo respuestas, se preguntaba todo el tiempo porque se tuvo que ir una persona tan buena, porque dios se lo quito, porqué a él, habiendo tanta gente mala en este mundo.
En ese momento le indiqué que todas las respuestas estaban dentro de ella, a lo que me dijo que no, que se las debía dar yo, rechazó todos mis intentos de ponerla en contacto con ella misma.
Sentí mucha empatía ante su dolor, pero también resistencia, vi mi propio dolor y me encandiló, entendí que las personas reaccionan en forma diferente ante un duelo, hay personas que están receptivas a la ayuda y otras que no, hay personas que están encerradas y no permiten que les digan nada.
En el proceso de duelo nos encontramos en una etapa de enojo, y al enojarte te separas de ti misma, en ese momento sentí que ella no quería que yo le quitara su dolor. Me decía “Es muy reciente”, “Estoy viviendo un sueño”.
El universo me desafió ante esto, me enfrento al dolor humano, hay vísceras en el dolor, yo creía que ser terapeuta de duelo era tan simple como compartir mi proceso, pero es enfrentar a la batalla interna que está en el duelo de una persona.
Cada vez es más claro que no todos los duelos son iguales y es respetable el proceso de cada quien, para ser brutalmente honesta, yo tampoco quise en un punto que me sacaran el dolor, el dolor me ponía en contacto con la persona que yo amaba, hay que dejar pasar el tiempo para permitir que la voluntad se active, así como en una época no quise soltar el dolor, hubo un momento en el que quería soltarlo.
Los duelos también cumplen ciclos, no son para siempre.
Hola, soy de Acapulco, México y me encontré con tu blog por un vídeo de Youtube de una pausa espiritual. Hace casi dos meses perdí a mi hermano y hace 41 días a mi esposo debido a la pandemia, estoy revuelta en todos los sentidos, tengo dos niños, uno de 3 años y otro de 8 meses, la perdida sobre todo de mi esposo me tiene revuelta en todos los sentidos , el dolor es indescriptible, me siento perdida, días me siento tranquila y resignada pero la mayoría no puedo dejar de pensar en por qué se tuvo q ir ahora que casi apenas habíamos iniciado una vida con nuestros hijos y siendo tan felices. Tengo días en que quiero hacer cosas para ayudar a otras en mi situación y días en lo que no tengo ninguna esperanza y le siento devastada. No puedo dejar de pensar en por qué dos hombres fundamentales en mi vida, tuvieron que irse ahora. Aunque tengo mucho amor y acompañamiento de toda la familia y amigos no puedo dejar de sentirme desamparada.
Hola Emi, muchas gracias por compartir tu historia, entiendo por la montaña rusa de emociones por la cual estás transitando. Te escribo a tu mail personal. Un abrazo