La palabra crea la realidad

Hablar de una persona que no está en este plano físico, nos ayuda a que personas que no lo conocieron lo conozcan de alguna u otra manera. Creamos un espacio energético entre nosotros.

Muchas veces cuando estoy con amigos que hice a partir de mi vuelta a Argentina, hablo de Matías como si estuviese vivo, contando anécdotas o experiencias que he vivido con él.

Esto se da tan espontaneo que mucha gente se sorprende lo natural que es hablar de él, “Matias me decía tal cosa” o cuando se cuenta alguna anécdota de pareja siempre traigo a colación algo de él. De hecho una vez estábamos en mi casa con mi cuñado y mi hermana y mi cuñado dice  “Qué bien se ve tu televisor” y le digo que lo había comprado Matias para ver un mundial y me consultó más sobre el televisor por lo que le digo pregúntale a Mati…… en este caso mucho no le gustó el comentario.

Cuando estamos con mis hermanas no hay juntada que no salga alguna anécdota, alguna palabra, algún comentario sobre él.

Es increíble como uno va naturalizando las palabras que van saliendo cuando se habla de aquella persona.

Una de las cosas que me da felicidad es ver crecer a mis hijas hablando de su papá, claramente la que tiene más registro es Delfina y es impresionante la memoria que tiene, ella hace que sus hermanas lo tengan más presente, ella cuenta anécdotas o experiencias que ha vivido con él.

Hace poco estaba bañando a Emma y me preguntó que fue lo último que me dijo su papá antes de fallecer y le dije que nos amaba mucho, sorprendentemente empieza hablar de su papá desde el conocimiento que pudo haber recibido de lo que uno dice y lo que mamó.

Creo que al hablar de aquella persona que no está, hace que esté presente en todo momento y crea un espacio energético entre nosotros.