¿Y ahora cómo sigo?

En el momento que me enteré, sentí que mi mundo se desvanecía, me pregunté y ahora como se sigue, cómo le digo a mis hijas que su papá no volvería, que iba hacer sin él, de qué íbamos a vivir, que iba hacer con mi vida, cómo me iba a levantar cada mañana, me vuelvo a vivir a Bogotá o me quedo en Buenos Aires.

Recuerdo que al otro día por la mañana cuando me desperté dije: “es un mal sueño”, pero lamentablemente no era así, ese día la casa de mis papás fue un desfile de personas, no entendía nada, era un ente, recibía mensajes en los que me daban el pésame y aún en ese momento mis hijas no sabían nada, las dos más grandes se fueron a la casa de mis hermanas y la chiquita estaba conmigo y no sabía cómo le daba de amamantar.

Tocaba ver quien viajaba a Nicaragua a reconocer el cuerpo, yo no podía pensar ni como seguir parada. Amigos que trabajan en la compañía donde trabajaba Matías se ocuparon de conseguir pasajes para mi suegra y mi cuñada, ellas fueron quienes se encargaron de esa parte tan dura. Y allá las espero quien durante 8 años fue jefe de Mati,

Durante esos 5 días viví un calvario, se me había quitado el hambre, seguía desfilando gente en la casa de mis papás. Uno de esos días, me tocó darle la noticia a mis hijas, que tarea difícil…… ¡!!!! sorprendentemente han reaccionado bien, mi hija mayor que en aquel momento tenía 6 años grito, lloró y luego me dijo…..”mamá tranquila que papá está con nosotras” En ese momento me atreví a preguntarles si se querían volver a vivir a Colombia o les gustaría quedarse en Buenos Aires y me dijeron que se querían quedar junto a sus abuelos, tíos y primos, decisión que respeté. Además de consultarle si realmente quería participar del entierro y me dijeron que no.

Llegó el día del sepelio, me buscó mi hermana más chica y mi cuñado para ir al cementerio, tenía a Emma, mi hija menor, cargada en la mochila, no quería despegarme de ella. Llegamos….. , había muchas personas, entré a la sala velatoria y vi solo un cajón, me topé con mi suegro y le dije “ella es tu nieta, te la presento”, luego me fui a una salita y muchas personas se me acercaban, no quería saber nada, hasta querían llevarse a Emma y creo que no duró más de 10 minutos que me la devolvieron, sentía todas las miradas hacía a mi, me presentaron a muchas personas que ni recuerdo, había sandwich de miga, café, era una gran circo en el que me sentía un payaso. Cuando llegó el momento del entierro, no quise participar y fui a firmar todos los papeles y el tipo me preguntó como había sido todo el servicio….. Mi cara!!!!!

Cuando se estaba terminando todo ese calvario, mi mamá le preguntó a mi suegro y a su mujer si querían ver a mis otras hijas y ellos dijeron que tenían que volver a Costa del Este, donde viven, que tenían que recibir a los inquilinos. Esta fue una parte de la familia con la que no tengo contacto.

Después de haber dejado el cementerio, una gran amiga argentina que vive en Colombia junto con el que fue el jefe de Matías, y mi familia nos fuimos a la casa de mi hermana Mariela, mi amiga había averiguado todo el tema de pensión y descubrió que a Matías no le habían hecho los aportes a pensión en Colombia, por lo que yo quedaba desamparada económicamente. Jorge, el jefe de Mati dijo que nos quedáramos tranquilos que yo iba a quedar bien parada, cosa que no sucedió.

¿Cómo se sigue estando desamparada económica y emocionalmente?